La magia del desastre

A ritmo de abrazos:

Hace poco escribía acerca de lo de puto culo que va el país en general... y lo cierto es que va bastante mal, pero que nuestra nación o sociedad se vaya a pique no significa que la vida sea un asco.
No se si conocereis a Juan Mann o su obra pero lo cierto es que ha trascendido de un modo bárbaro por todo el planeta...
«A veces todo lo que necesitas es un abrazo». Así comenzó Free Hugs Campaign, la historia de una persona conocida como Juan Mann, que un día decidió dar abrazos gratuitamente a la gente en la calle. Por pequeñas casualidades de la vida los abrazos de Juan Mann han roto todas las fronteras incluyendo la de los escépticos vecinos de Las Palmas de Gran Canaria, los cuales se toparon la mañana del siete de Enero de 2009 un reducido grupo de jóvenes con carteles repartiendo abrazos a diestro y siniestro.
Entre ellos nos encontrábamos mi hermano pequeño Santiago y yo.





















La convocatoria la abrió una muchacha llamada Anju através de una de las múltiples redes sociales que hacen estragos entre los jovenes y en poco tiempo contó con cientos de personas que supuestamente iban a asistir, pero como es uso y costumbre en esta clase de movidas terminamos apareciendo cuatro (literalmente)
También debo decir que se nos unieron otras dos personas que llegaron un poquito tarde e incluso alguien que simplemente nos vio por la calle y quiso sumarse.

Cosas como estas hace que piense que igual la vida no es tan asquerosa como si la vieramos siempre através del prisma de un emo o similar...
La experiencia fue increible, la gente nos miraba como si fueramos a robarles la cartera o algo así... pero creo que nos abrazaron más de lo que nos rechazaron.
Contamos con un montón de anécdotas de ese día pero entre otras muchas me quedo con que mientras llovía furiosamente y al tener que refugiarnos en un portal con una considerable marquesina (para poder seguir abrazando a los cándidos ciudadanos que deseaban huir momentaneamente de la lluvia) un señor fue a entrar en el portal que custodiabamos cartulina en mano y después de llevarse su correspondiente abrazo subió a su casa y volvió a bajar esta vez con sus dos hijos pequeños para que también les abrazaramos...

Foto con María la hija pequeña del hombre antes mencionado, la cual no dejaba de asombrarse al decirle que en la cartulina NO ponía Vicente.

Además nos entrevistó televisión española aunque me la juego a que la unidad que nos hizo el reportaje estaba allí de casualidad registrando el primer día de rebajas.




Y este es el video que Willie (el chico de la cartulina amarilla) se curró con los fragmentos que fuimos tomando con nuestras cámaras.

Lo cierto es que disfruté mucho y me gusta pensar que la gente que pasó esa mañana por Mesa y Lopez (que fue muuuuuuuucha) se llevo una sonrisa y una anécdota.

Th0r, the happiness of your maker hand.